Si tu antiguo negocio familiar se convirtió en una empresa en forma, lo primero que tenemos que decirte es: ¡felicidades! Según el INEGI, sólo el 30% de las empresas en México sobrevive los primeros 5 años* (otras fuentes indican que el porcentaje es mucho menor, cercano al 10%); en promedio, casi el 40% de los nuevos comercios o empresas de servicios no pasa del primer año de vida y las causas más comunes del fracaso son una gestión inadecuada, la insuficiencia de capital y la falta de planificación… Y sí, todas estas causas están relacionadas.

“Pero ¿cómo me puede pasar, si mis ventas crecen como la espuma?” El crecimiento en ventas siempre es estupendo, pero ¿te has preguntado si tu utilidad está creciendo a la par? ¿Por qué a veces parece que entre más vendes, más caro te cuesta entregar a tus clientes tus productos o servicios? Crecer implica mucho más que vender más, debemos tomar decisiones acertadas para administrar adecuadamente el negocio.

En México, el 99% de las empresas son pymes, pero de estas solo un pequeño porcentaje (de alrededor del 1%) utiliza sistemas integrales para planear y controlar sus recursos. Estos sistemas, conocidos como ERP (Planificación de Recursos Empresariales) ofrecen a quienes dirigen las pymes incontables beneficios, haciendo sus empresas más competitivas: alineación y estandarización de los procesos, optimización y control de inventarios (con la consecuente reducción de costos innecesarios, pérdidas y malos manejos), información en tiempo real de ventas y en general todo tipo de datos valiosos para la toma de decisiones.

“Y si son tan buenos… ¿por qué tan pocas empresas los tienen?” Existe la percepción errónea de que los sistemas ERP suelen ser caros y “dolorosos” de implementar, pero actualmente hay en el mercado varias soluciones que permiten a las empresas elegir únicamente aquellos módulos que requieren según su giro o modelo de negocio, que son muy fáciles de configurar y que no demandan ni siquiera invertir en equipo o servidores, porque los datos viven en una “nube” donde se almacenan de manera segura y solo se necesita de una conexión a Internet. Eso sí, deberás trabajar antes en definir tus procesos y tener tus catálogos de clientes, productos e información histórica lo más “limpios” y organizados posible. Ciertamente la inversión bien vale la pena.

*Fuente: http://www.inegi.org.mx/saladeprensa/boletines/2015/especiales/especiales2015_02_38.pdf, febrero 2015.